Mindfulness es un término que literalmente quiere decir: “ATENCIÓN PLENA”. Se
trata de un concepto que surge de la mano del Dr. Kabat Zinn, médico y fundador
de la Clínica de Reducción del Estrés de la Universidad de Massachusetts en 1979.
Este aplicó un abanico de técnicas de meditación budista con sus
pacientes, comprobando resultados positivos. Pasando el tiempo y
requiriendo difundir los beneficios de lo investigado, expuso los fundamentos
básicos de la meditación pero contándolo de otra forma, una forma desnuda de
contenidos de inspiración religiosa y espiritual, La atención plena o mindfulness se define como "la conciencia que emerge a través de prestar atención con propósito, en el momento presente, y sin juzgar para el desarrollo de experiencias de momento a momento.
El mindfulness enfatiza la atención en las experiencias internas y externas del momento presente, sin juicio, con aceptación. Mientras que las intervenciones desde mindfulness se han utilizado en los tratamientos para el estrés, el dolor crónico, ansiedad, depresión, trastorno límite de personalidad, trastornos de la alimentación, y la adicción, los investigadores sugieren que este tipo de técnicas también puede ser beneficioso en la vida cotidiana.
La mayoría de la investigación en cuanto ha mindfulness ha sido sobre los adultos. Sin embargo, un artículo publicado por Iris Fodor y Karen Hooker, refleja el interés de las técnicas de mindfulness para el trabajo con los niños. Las autoras proponen que el entrenamiento de estas técnicas aplicadas en niños tiene el potencial para mejorar la atención de los niños y la capacidad para focalizar, y mejorar la memoria, auto-aceptación, habilidades de autocontrol y auto-entendimiento.
El entrenamiento debe ser progresivo, a partir del conocimiento del ambiente externo, la conciencia de sí en el entorno, la conciencia del cuerpo y, finalmente, la atención, ejercicios de meditación que ofrecen atención a los procesos cognitivos.
Podemos enseñar a los niños para comenzar a prestar atención a esas cosas en el momento presente que nunca han visto antes.
La atención plena es un proceso activo, s implica una atención que conduce a la conciencia. La Lo importante es la atención del momento actual, en lugar del pasado o el futuro.esta atención es imparcial y busca la aceptación sin juicios, sin pensar que la experiencia del momento presente es bueno o malo, importante o no.
Se trata de asistir al medio ambiente externo tales como imágenes, sonidos y olores, así como a la interna de las sensaciones corporales, pensamientos, y los sentimientos. En la práctica de la atención, uno se da cuenta de la corriente interna y experiencias externas, los observa con cuidado, los acepta y permite que se deje ir con el fin de asistir a otra experiencia presente.
Preparándonos para meditar.
La mayoría de la investigación en cuanto ha mindfulness ha sido sobre los adultos. Sin embargo, un artículo publicado por Iris Fodor y Karen Hooker, refleja el interés de las técnicas de mindfulness para el trabajo con los niños. Las autoras proponen que el entrenamiento de estas técnicas aplicadas en niños tiene el potencial para mejorar la atención de los niños y la capacidad para focalizar, y mejorar la memoria, auto-aceptación, habilidades de autocontrol y auto-entendimiento.
Prepara un ambiente cálido y limpio. Un lugar donde el niño/a pueda sentirse cómodo, seguro y tranquilo.
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Al principio ppodemos empezar con una meditación en movimiento y que progresivamente el niño pueda ir adquiriendo la postura típica de la meditación sin movimiento (sentado, con la columna erguida, el pecho levantado sin aplastarlo para que la respiración pueda fluir sin bloqueos.
Desde el primer acercamiento del niño/a a estas técnicas es importante trabajar la respiración, el conocimiento de su cuerpo, y el disfrute del silencio, siempre teniendo en cuenta el grado de desarrollo del niño/a
Os dejo algunos ejercicios para que comencéis a experimentar la meditación en compañía de nuestros pequeños.
PASEO CONSCIENTE
Para hacer ésta ejercicio es preferible realizarlo descalzos . Si existe la posibilidad podemos buscar un lugar que nos ofrezca la posibilidad de diferentes texturas, temperaturas... utilizar una alfombra, en el césped, a todo aquello que se nos ocurra. Realizare el recorrido
con pasos muy lentos, incluso si lo deseáis, podéis cerrar los ojos
Comenzar caminar por el espacio en donde os encontréis poniendo toda vuestra atención a
cada paso que se esté realizando. Los niños
reconocerán así, si el suelo es rugoso, liso, de
madera, si tiene piedras, si hay rampas, etc. La
práctica podrá durar de 10 a 15 minutos
aproximadamente.
VEO Y TE VEO
Sientaté frente al niño/a y durante 20 minutos con música tranquila, con la
espalda recta uno frente al otro, cerrar los ojos,
respirar profundamente. Después de unos segundos de respiración con los ojos cerrados (poco a poco ir trasmitiendo al niño y practicar nosotros mismos también, el estar frente al niño estando con nosotros mismos, sin perder de vista nuestras sensaciones,nuestro cuerpo...) abrir los ojos y miraos
Al principio puede haber gestos o sonrisas nerviosas, sin embargo trataremos de atravesarlos para que podamos mirarnos con amor, sin juicios ni críticas, mirarnos a través
de él, sentir la conexión y poder contemplar al otro tal cual es.
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